¿Por qué la gente se pone contenta cuando oye hablar de caterings?
¿Es, de verdad, tan hermoso un fin de semana?
Jefe de Cocina y Jefe de Almacén, hemos decidido que había que entrar hoy dos horas antes.
A las cinco de la mañana en vez de a las siete. ¡Brrr! Niebla, frío, llovizna. Llegamos al polígono y dan ganas de rodar la novena parte del Señor de los Anillos, si no fuera porque tenemos los dedos congelados.
Cada uno con su cuadrilla. Ya no es, claro está (puñetera crisis), la cuadrilla que cada cual tenía hace dos años. El Jefe de Cocina tiene a cinco elementos y yo a tres.
Él antes tenía a siete. Y yo, a cinco de día y a doce de noche... Pero han cambiado las cosas. El Gran Gerente Cabezón gana lo mismo y nosotros trabajamos el doble. Ley de vida. Pura supervivencia.
Miguel (Jefe de Cocina) manda a los suyos a sus menesteres. Uno a la sección de frío, dos a caliente, otro a envasados y otro a chacinas. Hay que mantener la cadena. Yo mando a los míos a fregar lo que quedó ayer por fregar, a acular camiones y furgonetas en las puertas de la nave y a ir cargando en cada uno la orden de trabajo que ayer (en casa y mientras cenaba) fuí adelantando.
Mientras los demás tienen su quehacer, Miguel y yo organizamos la jornada, arriba, en las oficinas, con decenas de folios y cuadrantes delante de las constipadas narices.
-- Sacamos las comidas diarias de las guarderías y de los ancianos -me dice Miguel-. Eso no cambia, eso es como todos los días.
-- No. Para nada. Intenta hoy sacarlas antes de las nueve -le sugiero.
-- ¿Antes de las nueve...? Hoy he hecho arroz con guisantes, Jesús. Cuando den las dos, será como comer kikos metidos en plastilina.
-- Es su problema. Que compren microhondas. Lo recalientan. No somos tontos. Tú no eres tonto. ¡Yo no soy tonto!
-- Hmm. ¿Cuántos vehículos tenemos para el reparto?
-- Las tres furgonetas, el camión y mi coche si hace falta -le respondo.
-- ¿Tu coche también? -se me ríe Miguel.
-- Ya ves. Si no pongo mi coche, nos coge el toro. Y quiero a mis chicos a las once aquí en almacén, con el reparto hecho.
-- Y a las once...
-- A las once, Miguel, debemos de empezar a cargar las comidas de Navidad.
-- Hay seis.
-- Un viaje para cada una. A la una menos cuarto, mis chavales están de vuelta y cargamos las restantes.
-- Mucha tela, ¿no, Jesús?
-- Ya he hablado con el Gran Gerente Cabezón.. Ha dado órdenes a los camareros para que ayuden a descargar. Les pagará las horas extra a seis pavos.
-- Tenemos además una boda por la noche, Jesús.
-- Llevaremos el material de almacén a las seis de la tarde y a la vuelta aprovecharemos para ir recogiendo las comidas de Navidad, de modo que te vayamos preparando y llevando al otro salón el material de cocina que necesites después.
-- Pero la comida de la boda no puedo llevarla antes de las siete.
-- Hoy hace frío. 14 grados de faringitis. O Como se llame. Con este tiempo, tienes que tener el menú de la boda listo para las seis y media. Aguantará.
-- Pero una de las comidas del mediodía es de 500 personas y se lleva los dos carros calientes y los dos congeladores para el marisco y el postre.
-- Ya lo he pensado. Pero esa será la primera que recojamos y simplemente adelantaremos el menú.
-- ¿Adelantar el menú? ¡Estás loco, Jesús!
-- Para nada. Les metemos mucho alcohol con el cóctel y los entrantes y te aseguro que no se dan cuenta de nada. Querían almorzar a las tres y lo harán a las dos sin darse cuenta. He hecho un pedido de Pedro Ximénez que le abre el apetito a un reloj de pared.
-- Qué hijo de...
-- Venga Miguel. Los fines de semana, nosotros somos la Empresa. Por eso estamos aquí. Para pensar y hacer y deshacer. Descuida. Todos salen contentos. Hasta el Gran Jefe Cabezón.
-- ¿Viene hoy el Gran Jefe Cabezón?
-- Se pasará por cada salón, ya sabes. Sonrisas y felicitaciones por todos lados.
--¡ Mientras nosotros corremos!
-- Eso es.
-- Uno de los almuerzos es al aire libre, Jesús.
-- Lo sé. El tiempo no es de fiar. He mandado en la orden de trabajo las dos carpas y las sombrillas. Y un toldo para cocina por si tenéis que trabajar en la calle.
-- ¿Y si en vez de llover sale el sol? -se me ríe Miguel.
-- Te he mandado dos botelleros congelados, para que no se te estropeen tus postres. Los dejé anoche cargados de bolsas de hielo. Como ha hecho frío, los aprovecharemos para la barra libre. Mejor. Serán cubitos de hielo amazacotados y eso llena antes el vaso. Ahorramos en whisky una tela.
-- Estás en todo, loco.
-- Estamos en todo, Miguel. Somos los Jefes.
-- Somos los Jefes si algo sale mal, Jesús.
-- Y si sale bien.... -me río. No puedo evitarlo y acabo la frase-: si sale todo bien, aparecerá el Gran Jefe Cabezón con su gran sonrisa y tal tal tal.
Miguel no fuma y yo enciendo el sexto cigarro en cuarenta minutos.
-- ¿Vamos? -me dice Miguel.
-- Todo saldrá bien, tranquilo. Siempre salimos bien.
-- ¿Quién recoge la boda?
-- Yo y mis chavales.
-- Te vas a hartar de ganar dinero, cabrón. ¿Vas a echar las treinta horas?
-- No sé cuántas. Pero sé que no acabo hasta mañana cuando salga el sol.
-- Yo también. La barra libre lleva montaditos y después, a eso de las cuatro o las cinco de la mañana, churros con chocolate...
-- Nos vamos a forrar, ¿eh, Miguel?
-- Por los cojones, Jesús. Por los cojones.
Bajamos las escaleras. Miguel tuerce a la derecha, hacia la cocina. Yo tuerzo a la izquierda, hacia el almacén. Mis muchachos se han dejado ir (normal) y los vehículos andan a medio cargar.
Con el cigarro en la boca, pego un salto a la caja del camión:
-- ¡Venga, pandilla de mariquitas! Tengo 46 tacos y me fumo tres paquetes de tabaco al día. ¿Os mando a casa y cargo el camión yo solito?
Surte efecto. En menos que tardo en teclearlo, el camión está atiborrado con el material necesario para dar de comer a mil quinientas personas: mesas, sillas, mantelería, salvaplatos, platos trincheros, platos de postre, platos de pan, platos de café, bandejas, copas de Cóctel, copas de Gran Vino, copas de Agua, copas de Vino, copas para Sorbetes, copas de Champán, Catavinos, tazas, Vasos de tubo, mesas de trabajo para cocina, mesas de apoyo para camareros, cubiertos, centros de flores, material de cocina, ocho bombonas, ciento diez cajas de refrescos, cuarenta cajas de botellas de agua, seis serpentines de cerveza, seis botellas de ácido, quince barriles de cerveza, dos carros calientes, "roscos" para el fuego de cocina, freidoras, ollas, sartenes, cubos para la basura...
Todo, todo, todo. Hasta el último detalle.
Es lo que me gusta de mi trabajo y es a la vez lo más duro.
Pero me encanta aparecer un sábado por la mañana por seis o siete salones distintos, atiborrarlo todo de material, dar de comer a cientos de personas y volver un domingo a la nave sin dejar detrás ni muestra ni un puto rastro de nuestra presencia.
Aquí no ha pasado nada.
El lunes, aparecerá el Gran Jefe Cabezón sonriente, preparando su ruta para ir a cobrar talones. Quizás al Jefe de Cocina (mi buen Miguel) o al Jefe de Almacén, ni siquiera nos de los buenos días... Total. Guarderías, Centros de Ancianos, Seis Comidas de Navidad y una Boda.
Aquí no ha pasado nada.
Eso sí. También el lunes, mi buen Miguel (Gran Jefe de Cocina) y yo decidiremos entrar de nuevo a las cinco de la mañana en vez de a las siete... Porque hay mucho que fregar y mucho que ordenar. Es lunes pero no podemos descuidarnos. El fin de semana que viene, se repite la historia.
Y cuando llego a casa un lunes a las tres de la tarde, apenas si almuerzo (al fin y al cabo, todos los restos de bodas y comidas me los he comido yo y mis muchachos), pero me acuesto y caigo redondo en la cama, como un viejo tronco o como un tronco demasiado viejo ya. Sin tiempo apenas de pellizcar a mi hija o sin tiempo apenas de saludar a mi blog.
Pero son solamente un par de semanas.
Aquí no ha pasado nada.
(Artículo escrito un domingo, después de 32 horas de trabajo ininterrumpidas. Artículo escrito al tuntún, atendiendo medianamente a la gramática, la sintaxis o a eso que cuando estamos despiertos llamamos ESTILO. Artículo dedicado a toda nuestra clientela, por las pocas -diría que nulas- quejas que nos hacen llegar. Artículo dedicado a mis colegas blogueros, por la escasa atención que puedo prestarles en días tan puntuales como éstos. Artículo dedicado a mi hija, por lo poco que me ve y lo malhumorado que consigue verme cuando no duermo un fin de semana. Artículo -aunque te quiera a ti más que a ellos, hija mía- pero dedicado esencialmente a mis compañeros de trabajo. A los que a las veinte horas de curro se caen de bruces en el suelo, pero no dicen ni pío si me ven a mí cargar. A los que no dejo beber alcohol en las barras libres... aunque les permita un porrillo siempre que no vayan a conducir. A los que conduciendo me ponen la mano en la rodilla y me dicen, con toda la sinceridad del mundo: "Jesús, no conducimos ninguno: paramos diez minutos y dormimos". ¡Jaja! Artículo dedicado a ellos. Porque son más cabezotas y más fuertes que yo, aunque sea yo el que cobre tres o cuatro euros más la hora. Artículo dedicado a ellos porque tengo el motivo más grande de todos: porque jamás me han llamado Jefe y ni siquiera me han llamado Jesús. Porque siempre, con una confianza que no sé quién leches les ha dado, me han llamado "Socio". Y cuando llego, sean las siete o sean las cinco de la mañana, ninguno tira el cigarro y ninguno se pone a silbar mirando al cielo: "ya viene el socio"... Eso dicen los muy... Eso dicen mis socios.
Artículo, pues, dedicado a mis socios. Si con el doble de vuestra edad os acojono cargando el camión, con el doble de vuestra edad tengo fuerzas para llegar a casa el domingo, encontrarme a todo el mundo acostado y dedicaros este artículo de rebote mientras me como un trozo de tortilla y pienso ya en el trabajo de mañana.
Y dedicado a Miguel, Jefe de Cocina. Por el engranaje tan perfecto que conformamos.
Porque este fin de semana se ha acabado.
Y aquí... no ha pasado nada.
Mañana empezamos de nuevo, socios, Miguel, familia).
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--por el momento, esta entrada no tiene enlaces destacados en este blog. Más adelante, y a ratos, iré desgranando con detalles cómo funciona una boda, un bautizo, una comunión, una cena, un almuerzo... Parejas, banqueros, empresarios, funcionarios, colegas, homenajes, ponencias, etc ... pero visto y narrado todo entre bastidores. Mientras tanto, arriba y a mano derecha, pueden buscar un artículo al azar pinchando sobre los dados. Gracias.